viernes, 10 de diciembre de 2010

No me olvides

Este libro es uno de mis favoritos, es hermoso, y muy triste, pero me encantó, y además no tiene muchas paginas y los capitulos son cortos. Fue escrito por Cheryl Lahman.
Reseña:
“Querido diario: ¿Por qué la vida es tan difícil?
Cuando me sorprendieron robando, creí que el mundo se derrumbaba. Fue una estúpida travesura, pero eso no fue lo peor: la jueza me impuso una pena de trescientas horas de servicio comunitarios. ¡Toda una eternidad!
Claro que nunca hubiera creído que me encantaría trabajar en un centro asistencial, y que alguien como Gabriel se cruzaría en mi camino.
Desde que lo conozco, me siento otra persona. Tenemos tantas cosas en común, y se nos acaba el tiempo… ¡Ahora querría que esas trescientas horas fueran eternas!
PD: ¿Cómo se le dice adiós a alguien que se ama?

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Saga Fallen de Lauren Kate

hola, hace tiempo que no subo nada, ahora podre subir más cosas, al fin estoy de vacaciones n.n!!!
Aqui les subo una saga. No es del gusto de todo el mundo claro, y tampoco es muy espectacular, pero se ha vendido bastante, y la historia es algo diferente de lo comun. A mi me gusto, hay mejores, pero aún así sigo leyendo esta saga. Fue escrito por Lauren Kate.



El novio de Luce murió en circunstancias sospechosas, y ahora lleva la culpa por su muerte, mientras recorre los pasillos de Sword & Cross, donde cada estudiante parece tener una desagradable historia.

Es sólo que cuando ve a Daniel, un compañero de estudios magnífico, Luce siente que hay una razón para estar aquí, aunque ella no sabe lo que es. Y la actitud fría de Daniel hacia ella? Es realmente una forma de protección...
Daniel es un ángel caído, condenado a enamorarse de la misma chica cada 17 años. . . y verla morir. Y Luce es una compañera inmortal, que tiende a reencarnarse una y otra vez como una niña mortal que no tiene ni idea de quién es realmente.

Este libro (Torment) aún no me lo leo, voy como en el capitulo 2, fue traducido al español por un foro, no por mi.




"¿Cuántas vidas necesitas vivir antes de que encuentres a alguien por el que valga la pena morir? En la secuela de lo que pasó en el internado Espada & Cruz, Luce ha sido escondida por su condenado novio angelical, Daniel, en una escuela nueva llena de Nephilim*, la descendencia de los ángeles caídos y los humanos. Daniel promete que ella estará segura ahí, protegida de aquellos que la matarían. En la escuela Luce descubre lo que las Sombras que la han seguido toda su vida significan -y como manipularlas para ver sus otras vidas-. Mientras Luce aprende más de sí misma se da cuenta de que el pasado es su única llave para desbloquear su futuro... y que Daniel no le ha contado todo. ¿Y qué pasa si su versión del pasado no es en realidad la manera en que las cosas pasaron? ¿Qué pasa si Luce realmente estaba destinada estar con alguien más?"

lunes, 29 de noviembre de 2010

Alas, Spells

Me leí alas de Aprilinne Pike y me encantó! es un libro de fantasía, como es obvio por el nombre y la portada, y se trata de una chica que descubre que es un hada. Y que las hadas no son realmente como las describen en todos los libros y películas, con alas, pequeñas, y que pueden hacer magia, bueno, no tan asi... 
Aquí les dejo la reseña:


Al cumplir quince años, Laurel descubre que es un hada enviada a vivir entre los seres humanos para proteger la puerta de entrada al reino de Avalon. Empujada al centro de una centenaria lucha entre lashadas y los trolls, tendrá que escoger entre su amistad por un humano o la poderosa atracción que siente por alguien de su misma raza. En este extraordinario relato de magia, intriga yromance, todo lo que creías saber acerca de las hadas cambiará para siempre. 
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Aqui tambien les dejo el segundo, que esta en ingles, aunque pronto voy a empezar a traducirlo. En diciembre empiezo, cuando termine las pruebas en mi colegio. LA portada que puse es la de U.S.A que me pareció más bonita que la típica, por eso la puse.
Reseña: 

Laurel no ha visto a Tamani ya que ella le rogó que la dejara ir el año pasado. Aunque su corazón todavía le duele, Laurel confía en que David fue la decisión correcta.

Pero al igual que la vida está volviendo a la normalidad, Laurel descubre que un enemigo oculto acecha. Una vez más, Laurel debe recurrir a Tamani para protegerla y guiarla. El peligro que ahora amenaza Avalon es un hada que nunca pensó que sería posible. Y por primera vez, Laurel no puede estar segura que su bando ganará.


Crescendo

Aquí les subo el segundo de Hush Hush, ojala que les haya gustado el primero.A mi este me gustó más que el primer, te sorprende en algunas partes y cuando lo empiezas no puedes dejar de leerlo. A mi me paso eso. No es recomendable leerlo cuando tienes prueba al día siguiente, jejej. Este libro se llama Crescendo, lo dejo en español. No fue traducido por mi, lo tradujo un foro. Yo solo lo subo para que ustedes lo descargen.

Reseña:
Nora debería haber sabido que su vida distaba mucho de ser perfecta. A pesar de comenzar una relación con su ángel guardian, Patch (que, título aparte, puede describírsele como cualquier cosa menos como angelical), y sobrevivir a un intento de acabar con su vida, las cosas no mejoran. Patch comienza a alejarse y Nora no es capaz de imaginar si es por su bien o porque se está interesando por su archienemiga Marcie Millar. Por no hablar de que Nora se ve atormentada por imágenes de su padre y se obsesiona con averiguar qué fue lo que en realidad le pasó la noche en que se marchó de Portland para no regresar jamás.

Cuando más ahonda en el misterio de la muerte de su padre, más se cuestiona si su sangre Nephilim tiene algo que ver con ello y por qué parece correr un peligro mayor que una chica normal. Dado que Patch no responder a sus preguntas y que parece interponerse en su camino, Nora se ve obligada a buscar ella misma las respuestas. Confiar demasiado en el hecho de tener a un ángel guardian pone a Nora en peligro una y otra vez. Pero ¿de verdad puede contra con Patch o este le está ocultando secretos más oscuros de lo que ella podría imaginar?
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miércoles, 24 de noviembre de 2010

The last song, El diario de Noah, Un paseo para recordar, Querido John

Hola, perdon por no haber subido nada en este tiempo, pero he tenido hartas pruebas, tenia que estudiar mucho, de hecho tengo que seguir estudiando historia, pero me hice un tiempo para sub ir algunos libros. Ya que hace tiempo que no subo libros, aqui van varios del autor Nicholas Sparks y espero que les gusten. Son romanticos, pero son muy buenos.

Este libro me lo acabo de terminar, y me llore las ultimas 50 paginas, aunque tambien me hizo reir en las primeras. Este lbiro es hermoso, lo recomiendo. El fin de semana vi la pelicula, protagonizada por Miley Cyrus , y era muy linda la pelicula, aunque no la encontre tan buena como el libro. Aquí esta la reseña:
Verónica, una joven de 17 años en plena rebeldía adolescente que vive en Manhattan junto a su madre, va a pasar un verano a casa de su padre en una pequeña población de Carolina del Norte. Ella, que nunca ha superado el divorcio de sus padres, también ha renunciado a una brillante carrera como intérprete de piano, algo que su padre le inculcó desde niña ya que él mismo es músico profesional. Durante este verano, descubrirá el amor, la importancia de la amistad verdadera y se reconciliará con la figura paterna.

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Este libro recien me lo empezé a leer pero vi la pelicula y la encontre preciosa y muy triste, pero era buena. Al final todas las historias de Nicholas Sparks te hacen llorar o soltar unas cuantas lagrimas.
Reseña:
Primero fueron catorce años de distancia, las cartas robadas, los impedimentos sociales, la guerra. Más tarde un compromiso inoportuno, la pasión arrebatadora, el amor improbable. Ahora, aunque el abismo que les separa es mucho más profundo, Noah no pierde la esperanza de reencontrarse con la única mujer a la que ha amado. Así, a través de las páginas de ese misterioso cuaderno, descubrimos la historia de un amor que logró superar todas las barreras imaginables y que hoy, quizás, pueda superar también el muro del olvido.

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Hace poco vi la palicula, y me encanto, aunque no la he terminado de ver, pero igual les subo el libro.
Reseña:
Jamie era la última persona de la que se enamoraría Landon. Seria y conservadora, era lo opuesto a una chica "cool", pero a ella tampoco le importaba; hija de un pastor de la iglesia baptista de la ciudad, Jamie no tenía miedo en hacer saber a la gente que su fe era lo más importante en su vida, aunque ello le costara algunos amigos. Landon era uno de tantos: un tío temperamental, desnortado, que destacaba en el instituto por su aspecto y su carácter. A sus amigos les divertía burlarse de todos cuantos no eran como ellos, y solían criticar a Jamie por su vestimenta sobria y su conducta taciturna. Landon y su pandilla mandaban en la escuela, pero su efímero reinado finalizaría pronto, cuando finalizase la escuela y comenzase la vida, aunque no fuesen consciente de ello...
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Tambien esta la película de este libro, aunque en mi opinion no era muy buena, pero el libro me lo quiero leer porque tiene muy buena crítica, y la historia igual es buena. Aquí esta la reseña:

John Tyree, es un un muchacho rebelde que vive en Carolina del Norte. Después de pasar una infancia complicada sin madre y con un padre obsesionado con la numismática decide alistarse en el ejército para poder huir de su pueblo y de su disfuncional familia. Sin embargo, en uno de los permisos que se le conceden, volverá a su ciudad natal y allí conocerá a Savannah. Ella es su completo opuesto: una brillante estudiante, pasa el verano construyendo casas para los sin techo. Los dos jóvenes se enamoran perdidamente y cuando John tiene que reincorporarse a filas deciden esperar a que él pueda licenciarse de su carrera militar para poder emprender un proyecto de vida juntos. Las visitas de John a Savannah se suceden y en ellas el amor que sienten el uno por el otro no hará más que aumentar. John conseguriá además, con la ayuda Savannah, descubrir el porqué del alejamiento de su padre y reconciliarse con él. A pesar de todo esto, algo que excede a su contro sucede: los cruentos atentados del 11 de septiembre que sumen al país en la alerta roja militar. John tendrá entonces que tomar la decisión más difícil de su vida, la de optar entre el amor a una mujer y el amor a su país.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Siren, Capitulo 2


Capitulo 2

Cuando escuchè la primera sirena, estaba sentada en la arena, mirando el agua acercandose a la punta de mis pies. Un golpe de viento azotò mi falda alrededor de mis pantorrillas y trajo el sonido de Mamà, Papà y Justine riendo abajo en la playa. El suave ulular empezó tan pronto como la espuma rodeo mis tobillos, justo como lo había hecho cada noche durante dos años. Solo que esta vez no desapareció . Sino que aumentò. Y se acercò. Y era seguido por otra sirena, y otra, hasta podía oírlas y ver las luces rojas, blancas y azules brillando como si los autos de policía hubiesen conducido justo al océano.
“Realmente deberias comer algo”
Pestañee. Las luces ya no estaban, siendo reemplazadas por verdes tazas de café. A mi lado, un hombre en un traje gris  apoyado en el mostrador metìa un cannoli a su boca.
“Buena comida puede ser la mejor medicina” Èl dijo.
Medicina. Como si estuvise enferma. Como si esto fuese una alucinacion que se fuera a desvanecer y vollverìa a la normalidad una vez que la fiebre disminuyera.
“Gracias” Tratando de borrar la imagen del accidente, el que habìa estado reviviendo mientras dormìa desde que los policias nos dijieron que habìan encontrado a Justine, Cogì una taza y me voltee hacia la cafetera.
No era su culpa. Èl era uno de los colegas de Mamà. Èl no me conocìa y tampoco habìa conocido a Justine, pero èl estaba oblgado a decir algo mientras disfrutaba sus bollos italiano con otros colegas.
Què màs habìa ahì? Era una tragedia? Ella tenìa toda su vida antes de ella? Què harias del Red Sox ( equipo deportivo) hasta ahora por esta temporad?
“La voz de un llanto en la selva” Dije, cuando me voltee nuevamente y èl seguìa allì.
No saber que decir era una cosa. Merodear por ahí era algo un poco diferente.
“Disculpa?” dijo èl
Sostuve mi taza. “Vox clamantis in deserto. El eslogan de Darmouth ( instituto). Me parece apropiado, no crees? “
“Vanessa, querida, podrias ayudarme con estos muffins porfavor?” Mamà me tomo por el codo y  me arrastro por la cocina. “Dulzura, se que es dificil, pero tenemos invitados. Apreciarìa que fueras una anfitriona agradable”
“Lo siento” dije, cuando me detuve en la encimera con la bandeja de bollos. “Simplemente no se què decir. Parte de mi quiere encerrarse en el baño por el resto del dìa y otra parte quiere-“
“Comiste?” ella preguntò, sacando un bollo “Aquì ,tenemos jarabe de nuez”
Tomè el bollo, no muy segura de què decir. Mamà habìa llorado por cinco dìas sin parar—desde el momento en que los policias habìan golpeado nuestra puerta en la casa del lago, hasta el momento en que volvimos a nuestra casa—Y habìa estado sin llorar, en modo de organizadora del tiempo desde entonces. No habìa llorado nisiquiera en el funeral, cuando el llanto colectivo de los amigos y compañeros de Justine hicieron a las aves volar de los arboles y el cura gritò sus plegarias. Yo tampoco habìa llorado en el funeral—o el tiempo antes de eso— pero mis razones eran muy diferentes.
“Puedes ir a ver a tu padre?” Mamà levantò una bandeja de la encimera “No lo he visto desde hace una hora, y los invitados estan empezando a preguntar por èl”
Querìa decir que si nuestros “invitados” no entendìan que Gran Papà necesitaba un poco de tiempo solo, entonces, talves deberìan encontrar otra “fiesta” , pero ella hizo sonar sus tacones y desaparecio por la puerta de la cocina antes de que pudiera decir algo.
Tirè el bollo a la basura y me incline hacia la cafetera, manteniendo la mirada baja para evitar tener mas tips  para sanar de los colegas de mamà. Las tazas de Darmoth todavìa alineadas en el primer estante, donde mamà los habìa puesto tan pronto como recibiò el envio del instituto parafernalia dos semanas antes.
“Vox clamantis in deserto” Justine habìa leido en voz alta entonces. “Me encanta como estos lugares tratan de impresionar con su amor por lenguas muertas. Es decir, por què molestarse?Por que no decir simplemente – Gracias por bombardear otros quince dolares por pruebas funcionales por el hecho de que eres lo suficientemente importante para dar docientos millones de dolares en una oportunidad para que tu hijo rico se emborrache con otros niños ricos en medio de la nada?
“bueno” dije, “Probablemente porque eso no cabrìa en un llavero” De los cuales mamà habìa ordenado dos docenas para distribuirlos por su oficina.

Sostuve la taza de Darmouth y la llenè de café. Aùn con la vista baja, tomè ambas tazas y me apresurè caminando desde la cocina hacia la puerta bajo la escalera.
La habitacion bajo la escaleta siempre habìa sido la ruta de escape de Justine y yo—desde fiestas de coctel, cenas, e incluso discusiones con nuestros padres. Mientras me acercaba pensè que la ultima vez en que nos escondimos ahì en el refugio, habìa sido durante la fiesta anual de navidad de Mamà. Mientras doscientos invitados tomaban champaña, Justine y yo estabamos allì, su edredòn sobre nuestros hombros, chupando golosinas de azucar y tomando ponche. Esa noche tratamos de fingir que estabamos escondiendonos de los colegas borrachos de mamà en nuestro pequeño escondite, en medio de Boston, pero despues nos escondimos de Mamà y Papà en nuestra casa del lago en Maine, sin aliento por la emocion mientras esperabamos ver a santa caer por la vieja chimenea de piedra.
Avanzè lentamente esta vez, comfortada por la tenue luz y el escuro panel. Bloquee el pensamiento tan pronto como aparecio en mi cabeza, pero por un breve momento, estuve conciente de lo extraño era estar ahì…sola. No habìa estado en ninguna parte sola en toda la semana, y ciertamente ningun lugar donde solo habìa estado con Justine.
ME detuve y esperè. Despues de unos pocos segundos, pestañee y esperè denuevo. Nada. Incluso visitando uno de nuetros lugares favoritos las lagrimas no salian.
Continue por el pasillo, mi corazòn latiendo con fuerza. No habìa estado en la habitaciòn de Justine desde que nos preparamos para ir a Maine la semana pasada, cuando la vi probarse todo su closet , mientras buscaba algo perfecto para ponerse para el viaje al norte. Cuando nos fuimos, faldas, vestidos de playa, y poleras sin tirantes estaban repartidas por el piso como algas en la orilla después de que la marea subiera. Ahora no estaba segura sobre lo que me asustaba mas: Que la ropa estuviera aùn ahì, exactamente como ella la había dejado…o que no estuviesen.
Cerrando mis ojos, camine hacia la puerta, con una mano busquè en pomo de la puerta hasta encontrarlo. El metal estaba frio bajo mis dedos y esperé a que mi piel se ajustara a la temperatura antes de agarrar el pomo.
Solo es Justine. Solo son sus cosas. Todo luciria tal y como la dejo, porque ella va a volver. Pronto, volveremos a la casa del lago y todo volverá a ser como se supone que tiene que ser.
Abrì la puerta. Un pequeño sonido se escapò de mis labios abiertos.
No habían sido mis profundos miedos saliendo a la superficie. Y no era el hecho de que, comparado con el pasillo, la habitación de Justine estaba tan caliente como un horno.
Era el agua salada. El olor era tan fuerte, el aire tan lleno de humedad, Si no abriera mis ojos, pensaría que estoy en la orilla del océano.
“Te acostumbraras”
Abrì mis ojos. Gran Papà se sentò en el suelo, en medio de la habitación.
“Debe haber un problema con las tuberías. Llamarè al plomero mañana” Èl se oìa exhausto, y también lucìa asì. Las esquinas de su boca se enconrvaron hacia su mentón. Sus ojos azules estaban sin brillo, y sus hombros estaba caidos. Nuestro fornido Yeti había perdido su fuerza.
“Gran papà” dije, entrando a la habitación, “Sè que esto es difícil, pero tenemos invitados. Realmente apreciaría que fueras un anfitrión agradable”
Una de las esquinas de sus labios se inclinò mientras tomaba la taza de Darmouth. Èl sabìa que las palabras no eran mias.
“Tu Mamà lo esta sobrellevando Vanessa. Todos lo estamos”
No dije nada y me sentè junto a èl. Hasta ahora, la ùnica cosa que mi Mamà y yo teniamos en común era nuestra adoracion por Justine. No entendía por què Mamà trabajaba tanto, o iba de compras tan seguido, o por què se esforzaba tanto por impresionar a extraños. No entendía por què de cientos de personas abajo en el primer piso, solo una docena o menos serian capaces de hablarnos a Justine y yo, aparte de la anual carta de navidad familiar. La mayoría de las cosas que Mamà hacìa, para mi no tenían sentido. Pero Papà pensaba que ella era el sol, la luna y las estrellas, todo en uno, y por esa razón, me quede callada.
“Ella es hermosa” Papà dijo, despues de unos pocos minutes.
Seguì su mirada hasta la foto de la pizarra, colgando encima del escritorio de Justine y me esforzè por mirar el agua. Porque ahì estaba. Rafting en rapidos, en “The Berkshires”. Cabalgando en “The Cape” . Escalando el monte Washington en New Hampshire. Y en mi foto favorita, que ella había impreso en tamaño 5x7 y era el centro de el collage , pescando en nuestro antiguo y rojo bote de remos en el lago de Maine—conmigo.
“Recuerdo haberla tomado” Papà dijo, “Me preguntaba que te había dicho para hacerte reir”
Èl había tomado la foto desde el muelle detrás de la casa cuando nuestras espaldas estaban en la cámara.
La cabeza de Justine estaba ligeramente inclinada hacia mi, y la mìa estaba inclinada hacie el cielo. Mis hombros estaban levantados, cerca de mis orejas, un reflejo físico que ocurrìa siempre que algo me hacìa reir hasta que las lagrimas corrian por mis mejillas.
Pestañee. Nada.
“Me di cuenta de que era una charla de chicas” èl siguió. “Salir. Chicos. Cosas secretas de las que era major no saber”
“Probablemente” dije. “Considerando su “romantica puerta giratoria”, la charla de chicas sobre chicos usualmente duraba un buen rato”
“Todavìa no entiendo por què ella necesitaba toda esa atención” Èl dijo, pensativo. “Ella era tan brillante, tan hermosa y talentosa. Pero era como si no lo creyese a menos que un chico diferente se lo dijiera casa semana”
No dije nada. Justine no necesitaba la atención—simplemente la tenía.
Bebimos nuestro café en silencio. Despues de un momento, dio un largo suspiro. “Creo que debería jugar al anfitrión agradable por un rato” Èl dijo, levantándose. “Estaras bien?”
Asentí . El posò suavemente una de sus manos en mi cabeza, antes de dejar la habitación y cerrar la puerta.
Pestañee y esperé nuevamente. Cuando las lagrimas todavía no surgieron, me voltee a mirar la foto central y pensé sobre lo que Gran Papà acababa de decir. No tenía ningún sentido. Pero en ese entonces, nada tenía mucho sentido. La policía había dicho que había sido un accidente, que Justine simplemente saltó por el acantilado en el momento equivocado. Estaba oscuro. La marea estaba alta. El jefe de policía dijo que el agua estaba tan profunda y la corriente tan fuerte que ni el mismisimo Triton, el dios griego del mal quien podía mover las olas arriba y abajo con un soplido dentro de su caracola, habría sido capaz de mantenerse a si mismo. El examinador medico había estado de acuerdo.
Yo no.
Si, Justine era buscadora de riesgos. Y esa noche, ella podría haber querido provar un punto. Pero ella era demasiado inteligente como para hacer algo tan descuidado.
Mientras mis ojos recorrían la pizarra, noté las oscuras líneas entre las fotos. Lucían como si alguien hubiese pasado un marcador de plumón por los bordes de las fotos…excepto que la línea no estaba dibujada en el satiín de marfíl que cubría el resto de la pizarra. La parte de pizarra de atrás de las fotos estaba blanco.
Me levantè y fui al escritorio para observarlo mejor y me di cuenta de que las líneas en realidad eran palabras. Nombre, e-mail , numero de teléfono. Padre 1. Padre 2. Decision pronto. Ayuda financier. Universidad. Nivel. Escuela secundaria. ACT ( prueba de U.S.A para entrar a un colegio). SAT (Prueba de aptitus academica. PSU en Chile). Extracurricular. Premios/Honores.
Iba a sacar el primer chinche purpura cuando me sentí incomoda. Culpable, incluso. Como si hubiera estado husmeando en el escritorio de Justine en busca de su diario y ahora fuese a leer sobre besos secretos y conversaciones privadas que ella querìa guardarse para si misma.
“Lo siento” susurré, antes de sacar el primer chinche.
Segundos después, las quince o más versiones de la sonrisa de Justine ya no estaban. Retrocedía para tomar toda la pizarra.
Habían grandes adhesivos. Siete de ellos, coleccionados por Mamà en sus viajes con Justine a Hardvard, Yale, Princenton, Stanford, Cornell y Darmouth. Formaban un ancho circulo de Universidades alrededor de una gran extensión de la pizarra y de una impresión de solicitud.
La extensión listaba las Universidades y tenía tres columnas para correspondientes fechas limites, fechas de informes y fechas de respuesta. La línea de fechas limite estaba llena de números escritos con la pulcra letra de Mamà; las otras estaban vacías. Las solicitudes estaban en blanco, excepto por las notas de Mamà y unas respuestas sugeridas. Mis ojos rápidamente se fijaron en el centro de la pagina: El ensayo personal. Un Post-it verde estaba adjunto en la punta, en el cual Mamà le había sugerido a Justine escribir sobre la persona que era y sobre la que se querìa convertir.
La respuesta de Justine había sido breve.
                                                                       Lo siento, no lo se.
                                                                       Pero tú tampoco.
Miré las palabras. Me podia haber tomado más tiempo del que debería para encontrarlas, pero sabía al instante lo que significaban:
Justine no habría ido a Darmouth en el otoño. Tampoco habría ido a Harvard, Yale, Princenton, Brown, Stanford, ni Cornell. Porque antes de ocuparte de tu futuro y escogerlo, tienes que mandar una solicitud. Y al parecer Justine no había mandado ninguna.
Abajo en el primer piso las personas estaban reunidas para conmemorar la vida de Justin, para reflejar su potencial perdida y todas las cosas que ella nunca haría, los lugares a los que nunca iria. Tenía razón sobre una cosa: Ni uno de los invitados que no eran de la familia, comiendo bollos y conversando, tenían idea de quien era ella realmente. Pero estaba alarmantemente equivocada sobre otra.
Yo tampoco.
Una puerta de cerró en el pasillo, trayendo de vuelta al presente. Tomé el borde de la pizarra y la foto de Justine y yo en el bote de remos del escritorio, colocando las otras fotos en su lugar, y apurándome para salir de la habitación.
Estaba por llegar al pasillo cuando llevé mis manos a la cara, cubriendo mi nariz y boca.
Agua de mar.Me había acostumbrado al olor de la habitación , pero era mucho más fuerte en la puerta—agobiante, como si un maremoto se hubiese tragado el resto de la casa y hubiera esperado fuera de la puerta de Justine por una invitación para entrar. Era tan fuerte, bajé la mirada para que mi cabeza dejara de girar.
“Oh, no” quite las manos de mi cara. “Oh, Justine…”
Una arrugada toalla de playa estaba apoyada sobre la puerta del closet (armario). Era gruesa y blanca…con un sonriente dibujo de una langosta con trozos de algas negras y verdes.
La toalla de playa de Caleb—con la que él había envuelto a Justine antes de empujarla hacia el en la punta de los acantilados la semana pasada. Estaba aquí, seca y tiesa por la sal, aquí en Boston.
Me puse de rodillas y tomè la toalla. Ella había estado en casa. En algún momento entre salir furiosa durante la cena en la casa del lago y la mañana siguiente, cuando su cuerpo había sido encontrado, Justine había regresado a Boston
last week. It was here, dry and stiff with salt, in Boston.
Esta bien, me dije a mi misma, tratando de no imaginarme la blanca toalla de felpa alrededor de los hombros de Justine. Todo esta bien.
Excepto que no lo estaba. Estaba lejos de estarlo, no podía nisiquiera fingir que la toalla de playa era cualquier otra en vez de la que era: Mas evidencia de que, aunque yo había pensado que conocía a mi hermana, alguien la había conocido mejor. Y eso, por alguna razón, ella lo quería así.

martes, 16 de noviembre de 2010

La llave de Sara

Este es un libro que no tiene nada que ver con la fantasia, habla sobre la segunda guerra mundial. Cuenta la historia de una chica que es llevada a un campo de concentracion junto con toda su familia, excepto su hermano menor, que ella esconde en el closet y deja encerrado, solo con una linterna, un oso de peluche y una botella de agua, prometiendole que va a volver por el, que solo se ira por unas horas.
Mas tarde , al darse cuenta de lo que realmente es un campo de concentracion, y que dificilmente va a salir de ahì, empieza a hacer todo lo posible por salir. Su objetivo era sacar a su hermano del escondite. Su padre habìa sido llevado a otra parte, al igual que su madre. Estaba sola. Tenìa la llave del escondite colgada en su cuello, y rogaba por que su hermano estuviese vivo.
La historia trata de como escapa del campo de concentracion, y principalmente de su historia. A mi me parecio muy bueno el libro, es triste, y algo crudo, pero es bueno.

El libro comienza con el arrestro de 13.000 judíos ante la mirada de los parisinos, que guardan silencio por miedo, indiferencia o simple interés, pues esperan ocupar las viviendas vacías.El pequeño Michel se oculta en un armario para huir de la redada. Su hermana Sarah cierra la puerta para protegerle y se guarda la llave, pensando que va a regresar en unas horas. Sin embargo, el destino de los Starzynski es protagonizar una de las páginas más negras de la historia gala. Los gendarmes confinan a los miles de detenidos durante cinco días en el Velódromo de Invierno, cerca de la Torre Eiffel, sin comida ni agua. Después envían a las familias a un campo de concentración francés, donde los separan como paso previo a su posterior traslado a Auschwitz.
Posteriormente,la historia se traslada a París pero en mayo de 2002. Julia Jarmond, una periodista norteamericana afincada en Francia desde hace veinte años, recibe el encargo de preparar un reportaje con ocasión del sexagésimo aniversario de la redada. La reportera reconstruye el itinerario de los Starzynski y la lucha denodada de Sarah por salvar a su hermano, pero lo último que puede imaginar es que la investigación le conduzca hasta los Tézac, la familia de su marido.La epopeya de la niña judía será un ejemplo a seguir para Julia y para quienes han vivido marcados por el peso de la culpa.
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Siren, capitulo 1

Segunda parte


Ves?”Justine hablò , cuando corrimos hacia ellos. Ella se sentò en el borde de uno de los asientos del auto, balanceando ambas piernas una y otra vez mientras Simon trataba de vendar la pierna herida. “Solo es un rasguño”
“No es solo un raguño” dijo Simon, “Pero no va a necesitar que te llevemos a la sala de emergencias”
Caleb posò una mano en su cuello y le besò la frente. “Bebe…tienes que ser mas cuidadosa”
Ella abrió su boca pero luego la cerrò cuando la mano de Caleb se moviò a su mejilla. Mientras su pulgar la acariciaba gentilmente, ella inclinò su cabeza y su mirada se suavizo.
“Tù sabes. Me gusta tener un poco de aventura, pero si algún dìa algo llegara a salir mal—“
“Lo sé” Ella cogió la mano de Caleb que estaba en su mejilla y la besò. “Lo siento. Lo sè”
Observè el cambio. Una combinacion entre alivio y confusion. Estaba agradecida de que estuviese bien y pensaba que era tierno que Calb estuviese tan preocupado, pero antes de hoy, ellos no se habían visto desde nuestro ultimo viaje desde Navidad. Ciertamente se veìan bastante conectados emocionalmente, para dos personas que ocasionalmente salìan.
Lo que me hizo pensar que salir con chicos sin tener nada oficial necesariamente, era excepcionalmente bueno, o que las emocionantes experiencias cercanas a la muerte simplemente unían a la gente.
No conocía los efectos de ambas posibilidades.
“Necesitaras lavarte” Simon dijo, asegurando la venda de Justine. “Pero esto te servirá hasta que llegues a casa”
“Muchas gracias doctor Carmichael.” Justine cogiò la mano de Caleb y se levantò, parándose en un solo pie. “Me vas a regalar una paleta?”
Simon le lanzò una mirada, lo que provocò que Caleb la llevara adentro del auto y la sentara en el asiento trasero.
Ayudè a Simon a juntar la gaza y el botiquín medicinal. “Las cosas empezaron temprano este verano, he?”
Sus manos de congelaron, luego dejó abajo el kit de primeros auxilios y cerrò la maletita. Me mirò, sus ojos sobre los mios, como si hubiera algo que quiera decir pero sin saber si debería.
Al final, el alcanzò mi hombro y lo apretò con su mano. “Hay una vieja manta en el asiento delantero por si te quieres secar”
El cerrò la maleta y se subió en el asiento del conductor. Mirè una vez màs el cielo, que ahora estaba azul igual que cuando llegamos, luego rodee el otro lado del auto y me subì en el asiento del copiloto. Adentro, me quitè la frazada de lana mientras Simon se acomodaba en su asiento, y Caleb y Justine hacían quien sabìa què , tranquilamente en la parte de atrás del auto.
“Asi que…” dije, cuando nadie se movio ni hablò unos minutos màs tarde. “Què era eso?”
Simon me mirò, luego sacò el parabrisas, durante el camino. Riò una vez màs y dio un largo suspiro. “Eso era Los acantilados de Chione dándote la bienvenida”
Me movì, sabiendo lo que encontrarìa cuando mirara hacia el asiento trasero por sobre mi hombro.
Justine, recostada sobre el brazo de Caleb con su herida pierna apoyada sobre una manta de lana, estaba sonriendo de oreja a oreja.
“Que artimaña” , dijo ella alegremente.
“Que artimaña”
“Artimaña?” Justine sostuvo su plato mientras Papà venìa con una fuente de filete a la parrilla.
“Què significa eso?”
Papà dividiò dos pedazos de la carne con un cuchillo, luego buscò sobre la alforja enrejada, hacia el lago Kantaka. “Artimaña. Un acto de sospechoso engaño, usualmente buscando evadir la captura”
“Sè lo que esa palabra significa papà. Pero realmente crees que herì mi pierna escalando rocas en la playa porque querìa evitar que me secuetraran? Acaso los secuetradores se detienen al ver un poco de sangre? Y, quièn sería el secuestrador? Un salvadidas solitario? Un demente coleccionista de conchas? El escurridizo Yeti?”
Sonreì mientras tomaba mi taza de tè caliente. Solo había una persona que probablemente la raptaría si tuviera la oportunidad, y debido a ciertas observaciones, ella probablemente se iria por voluntad propia. No podía hacer esa broma en voz alta, aunque nuestros padres pensaban en Caleb y Simon como los “Tiernos chicos Carmichael” , ya que los conocían desde que eran bebes. Ellos sabían que pasábamos mucho tiempo juntos durante el verano pero definitivamente ellos no sabían lo que la mitad de nuestro grupo había estado haciendo la mayoría del tiempo, en los últimos años. Y Justine había dejado claro que querìa que siguiera asì.
“El escurridizo Yeti de invierno, he?” Papà dejo caer un pedazo de carne en el plato de Justine, y dejò la fuente sobre la parilla cerrada . “Es asì como me llaman ahora?”
Justine y yo nos miramos atravez de la mesa y nos reímos. Papà era seis coma cuetro pies de altura (1.95 metros. Casi dos) y usualmente andava levemente enconrvado—algo que èl atribuìa a lidiar con las puertad demasiado pequeñas , pero que en realidad tenía màs que ver con el resultado de llevar cuarenta años usando la computadora. Su mala postura combinada con su desordenado pelo blanco y una gran barba lo hacia parecerse a la legendaria criatura.
“Què pasò con Happy Papi ( se refiere a papi feliz pero suena mejor en ingles ) , Papá cool?” Se sentò y se sirvió otra copa de vino tinto. “Y cual era el màs reciente? Largo y algo mas…?
 “Gran Papà” Justine dijo, en un tono de burla, como si no pudiera creer que èl hubiera olvidado uno de sus sobrenombres de mascota para èl.
“Claro. No se si debería o no estar ofendido por ese sobrenombre” Él frotó su redonda panza. “Pero en realidad se me ocurrió otro en el camino hacia aca que pienso que deberíamos incluir en nuestra conversación diaria lo màs pronto posible”
“Lo tendremos en cuenta” Dijo Justine.
Papà tomò un pan de la canasta del centro de la mesa, sacò un  pedazo y se lo metió a la boca.
“Rey”
“Rey?”Justine preguntò. “Rey què?”
Èl se encongiò de hombros. “Sòlo eso. Rey”
“No esta mal…pero eso haría técnicamente a mamà Reina. Y no creo que ella este de acuerdo en ser la segunda al mando—incluso solo por un nombre” Justine mirò a mamà para que s elo confirmara.
Mamà, que había estado mirando su pedazo de carne con un cuchillo como si estuviese hecho de metal en vez de carne, se detuvo un momento.
“No puedo creer que aùn estén haciendo esto”
“Las chicas están creciendo” Papà adimitiò. “Pero siempre serè su Gran Papà. Hasta que la edad me alcanze y empiece a envejecer y a encogerme. Entonces sere…Pequeño gran papi? Papi mediano? Gran Papà?”
“Puedes ser el gran maestro del universe por siempre. Ese no es el punto”
Papà levantò sus cejas, considerando la sugerencia en vez del hecho de que Mamà no estaba divertida. No es como si el hecho estuviera fuera de lo normal, ya que Mamà raramente se divertía. De los dos ella siempre había sido la màs seria, disciplinada.  Ella era la presidenta de la Capital Franklin, un servicio de financias en Boston, y Papà era un escritor y un profesor de literatura Americana en el el colegio Comunidad de Newton. Las características requeridas para sus respectivas profesiónes usualmente se trasladaban a la vida en casa.
“Entonces cual es el punto, mi amor?” Apoyandose en la mesa, èl gentilmente moviò el cuchillo y el tenedor de sus manos y empezó a cortar la carne.
“Que tù tienes 18” Mamà mirò a Justine y frunció el ceño. “Que eres una adulta. Los errores que cometes ahora ,importan”
“Asi que pueda que tenga una pequeña cicatriz por el resto de mi vida”Dijo Justine. “Gran cosa”
“Tienes suerte de que haya sido solo un corte”
Justine me mirò, la sonrisa que llevaba desde que estuvimos en el auto de Simon desapareció. “Mamà, quedamos atrapados en una tormenta y nos resbalamos en algunas rocas. Los accidentes pasan”
“Lo hacen, Y si tuvieras ocho años y realmente hubiera ocurrido en la playa, besarìa tu rodilla y todo estaría bien”
“Wow!” exclamè, apuntando al lago. Los Beazleys finalmente se compraron una nueva canoa. Es tan…larga”
Terminando de cortar la carne de Mamà, Papà dejo el cuchillo y el tenedor en su plato y me mirò.
“ No vale la peña pequeña”
Justine moviò la cabeza. “Estoy confundida”
Tratè de atrapar la mirada de mamà para que pudiera rogarle silenciosamente que no dijiera lo que iba a decir, pero no había caso. Ella estaba en una misión—y a punto de meterme en serios problemas con la única persona que querìa seguir bien.
“No estuviste en la playa Justine. Estuviste en Los Acantilados de Chione”
Sostuve la respiración. Las palabras de Mamà fueron seguidas por un silencio.
“Eso es imposible”Justine dijo finalmente, tomando la servilleta de su regazo. “Nunca había escuchado de ese lugar”
“Enserio? , entonces, de que acantilado mortal estaba hablando tu hermana?”
Cerrè mis ojos y me recostè sobre la silla. No tenía que mirar a Justine para saber que ella me observaba, su expresión con una mescla de sorpresa, duda, y dolor.
“El último verano” Mamá continuó “ Tu estabas afuera y Vanessa estaba aquí, alterada. Le preguntè que andaba mal, y ella me contò como encontraron el acantilado, como iban cada año, y lo mal que se sentía ella por tener tanto miedo de saltar”
“Hablando de eso, quizás deberíamos ir a darnos una rápida sambullida en el lago después de la cena” dijo papà, tranquilamente.
“Què dices?”
“Dijimos que no lo diríamos” Justine me dijo, como si fueramos las únicas personas en la mesa. “Dijimos que era nuestro secreto. Eso era lo que lo hacìa tan especial”
La mirè. “Lo sè, yo—“
“No culpes a Vanessa” dijo Mamà.
Justine se echò en su silla, Papà le puso mantequilla a un pan, y mamà se tomò su copa de vino, y yo busquè las palabras en mi cerebro que podrían arreglar las cosas. Querìa decirle a Justine que no querìa decir nada, que solo estaba frustrada conmigo mism despues de nuestro viaje al acnatilado el verano pasado, y que eso me había hecho frustrarme conmigo misma por haber tenido miedo de todo lo demás todos los años anteriores.
Querìa decirle a Mamà que estaba justo en el lugar equivocado en el momento equivocado, y que ella había prometido que no diría nada, mietras que yo haría lo que pudiera para evitar que Justine volviera a saltar cuando volviésemos a ir denuevo—
Y que no lo había hecho porque nunca podría evitar que mi hermana hiciera algo que la hacìa tan feliz. Y querìa decirle que lo sentía, lo sentía tanto, pot todo esto.
Pero no podía. No podia decir nada. Quiza era porque tenia miedo de que todo saliera mal, pero las palabras no salieron de mi boca .
“Y cuáles son tus planes con el chico Carmichael?” Mamà preguntò.
Mis ojos rotaron desde Mamà a Justine. Definitivamente no le había dicho ni una palabra a nadie sobre Caleb.
La cara de Justin enrojeció. “Mis planes?”
“Saltando de acantilados y haciendo quien sabe què con un agradable chico que no sabe la diferencia entre un video juego y una laptop, estas arriesgando todo tu futuro. La escuela de Medicina, años de éxito y felicidad”
“No esta deliciosa la carne?” Papà preguntò. “No muy cruda, no muy crujiente”
“No creo qu algo de diversión vaya a arruinar mi vida” Justine empujò su silla, sus ojos azules reluciendo en la oscura noche. “Ademas, algunas cosas son màs importantes que una excepcionar educación y un trabajo muy bien pagado”
“Gran papà tiene una idea” Dijo Papà, lamiendo sus dedos” Què tal si acabamos esto por hoy y mañana continuamos, después de una buena noche de sueño?”
Justinne se levantò, su rodilla buena pateando la mesa y haciendo tambalear los platos y vasos de la mesa. Ella se acercò hacia mi cuando pasò a mi lado, y sus ojos se veìan incluso màs brillantes de lo normal, como si tuvieran una luz.
Se volteò para que mamà y papà no vieran su cara y dijo una palabra, lo suficientemente fuerte como para que yo la oyera.
“Buu”
Calidas lagrimas brotaron de mi ojos. Aturdida, la vi caminar por el piso y entrar a la casa, haciendo rebotar la puerta detrás de ella.
“Solo quiero que ella siga su rumbo” Mamà dijo, después de una pausa.
“Y yo solo quiero que alguien me ayude a pintar el pòrtico” dijo Papà
Los ignorè a ambos, y mirè hacia el lago.
Buu, no “Muchas gracias”, o “Realmente me hiciste esto a mi?” o incluso “Estas por u cuenta ahora”
Todo lo que probablemente me hubiera hecho estallar en lagrimas pero no me hubiera hecho sentir un cosquilleo por la piel como lo que provocò esa única palabra.
Y no había forma de saberlo en ese momento, pero esa serìa la última palabra que Justine me diría. En los días siguientes, recordarìa el momento una y otra vez en mi mente, viendo sus ojos azules y escuchando su suave voz, y , por alguna razón, oliendo a agua de mar…aunque ella aun estaba a mi lado en la punta del acantilado, su piel y su pelo estaban en el mar.
             
                                                          Fin del capi.

Espero que les haya gustado. Me demeore un poco por que yo traduci todo el capitulo, pero bueno, mañana les dejo el segundo, o al menos la mitad :)

lunes, 15 de noviembre de 2010

Saga Wicked Lovely

Esta saga me encanta! cuenta la historia de unos elfos, se que suena fantastico y todo, pero en verdad es muy buena. Es uno de mis libros favoritos tambien.

Este es el primero de la saga.
A sus dieciséis años, Aislinn se comporta aparentemente como cualquier chica de su edad. Sale con sus amigas, le mola la música y tiene un chico en el punto de mira, aunque de esto último no está muy segura. Sin embargo, también hay algo en ella que no tiene nada de normal: al igual que su abuela, Aislinn es capaz de distinguir a los elfos que viven invisibles entre los humanos, un don increíble, que más que don es una maldición, pues a estos seres no les gusta ser descubiertos y suelen castigar con crueldad a quienes detectan su presencia. Así pues, siguiendo al pie de la letra las reglas secretas que le enseñó su abuela —nunca atraigas la atención de los elfos, no respondas a los elfos, no mires a los elfos— Aislinn tendrá que apañárselas para pasar desapercibida, especialmente a los ojos de Keenan, rey de los elfos, que se ha propuesto seducirla y convertirla en su reina.
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Este es el segundo.
Amiga de Aislinn –la nueva reina de la Corte Estival–, Leslie ha vivido una experiencia que prefiere no recordar. Volcada en el trabajo que realiza al salir del instituto, un día decide concederse un deseo: hacerse un tatuaje que le recuerde su determinación de dar un giro a su vida. El dibujo elegido le otorga una extraña sensación de euforia, un poder y una fuerza desconocidos. Pero pronto Leslie comprueba que su súbita felicidad tiene un precio: la tinta del tatuaje, una sustancia muy especial, la liga para siempre a la belicosa Corte Oscura, un lazo siniestro que nadie puede romper. Ni su amiga Aislinn ni su consejero Niall lograrán protegerla del rey Irial, que para sobrevivir necesita inevitablemente absorber de su sangre los peores sentimientos de los humanos.
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Y el tercero :)
Seth nunca pensó que querría una relación estable con nadie—pero eso era antes de Aislinn. Ella es todo lo que él siempre había deseado, y quiere quedarse con ella para siempre. Pero "para siempre" adquiere un nuevo significado cuando tu novio es una reina elfa inmortal. Aislinn nunca pensó que gobernaría sobre las criaturas que siempre la habían aterrorizado—pero eso era antes de Keenan. Él le robó la mortalidad y la convirtió en monarca, y ahora se enfrenta a retos y tentaciones más allá de lo que nunca había imaginado. En la hipnotizante tercera entrega de la historia de los Elfos de Melissa Marr, Seth y Aislinn luchan por ser fieles a ellos mismos y con el otro en un ámbiente de reglas confusas y alianzas cambiantes, donde viejos amigos se convierten en los nuevos enemigos y un movimiento erróneo podría provocar el caos en la Tierra.
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Siren, capitulo 1




Sirena. Tirica Rayburn

Capìtulo 1 . Primera parte

Mi hermana Justine siempre creyò que la mejor manera de enfrentar tu miedo de la oscuridad es imaginar que en realidad hay luz.
Años atrás, ella tratò de poner la teorìa en practica mietras yaciamos en nuestras camas,rodeadas de oscuridad.
Protejidas por una fortaleza de almohadas, estaba convencida de que el mal se escondìa en las sombras, esperando a que mi respiracion disminuyera para luego aparecer. Y cada noche, Justine, un año mayor que yo pero decadas mas sabia, pacientemente tratarìa de distraerme.
“Viste el lindo vestido que Erin Klein uso hoy?” preguntò, siempre partiendo con una pregunta fàcil para medir que tan malo era.
En raras ocasiones, usulmente cuando ibamos a la cama tarde, despues de un dìa ajetreado, estaba demasiado cansada para sentir miedo.
Esas noches respondìa si o no y teniamos una conversacion normal hasta dormirnos.
Pero casi todas las noches, yo susurraba algo como”Oiste eso?” o “Cuando los vampiros te muerden, crees que duele?” o “Los mounstruos pueden oler el miedo?” , y en ese punto Justine procederìa con la pregunta numero dos.
“Hay tanta luz aquì” declara ella.”Puedo verlo todo—mi bolso, mi pulcera brillante de color azul, nuestro pez dorado en su pecera. ¿Què puedes ver tù, Vanessa?”
Y luego, me obligaba a mi misma a imaginar la habitaciòn exactamente como debìa lucir, antes de que mamà apagara la luz y cerrara la puerta. Finalmente, me las arreglaba para olvidar el mal esperando al acecho y que quedaba dormida. Cada noche pensaba que nunca funcionarìa, y cada noche lo hizo.
El metodo de Justine era inutil para combatir muchos otros miedos. Muchos años despues, parada en la punta de un acantilado sobre el oceano Atlantico, sabìa que no tendrìa oportunidad.
“Simon no luce diferente este verano?” ella preguntò, acercandose a mi y estrujando su cabello. “Mayor? Mas lindo?”
Estuve de cuerdo. La transformacion fisica de Simon fue lo primero que notè cuando èl y su hermano menor, Caleb, tocaron nuestra puerta en la mañana. Pero eso era un tema para màs tarde—como cuando estabamos calentandonos frente a la antigua chimenea en nuestra casa del lago. Primero, teniamos que hacerlo volver a la casa.
“Caleb tambien”ella tratò nuevamente.”El numero de corazones rotos de chicas en Maine debio haberse cuatriplicado este año”.
Tratè de no asentir, mis ojos observaban las ondas y la espuma del agua, quinca pies mas abajo.
Justine se envolviò en una toalla y caminò hacia mi. Se puso tan mìo cerca que podìa oler la sal en su pelo y en sus poros y sentir el frìo de su humeda piel mientras la presionaba junto a mi. Gotitas de agua cayeron desde las puntas de su pelo, cayendo en la tibia baldosa gris, salpicando pequeñas gotas hasta la punta de mis pies. Una repentina ràfaga de viento esparciò el humo alrededor de nosotras, transformando mis tiritones en un sobresalto. En algùn lugar cercano, Simon y Caleb rieron mientras caminaban con prisa por el empinado camino que los llevarìa de vuelta a nosotras.
“Solo es una piscina” ella dijo, “Estas sobre un trampolìn, dos pies de altura”
Asentì. Habìa estado imaginando este momento durante las 6 horas de viaje desde Boston, el momento que imagine al menos una vez al dìa desde el verano pasado. Sabìa que me veìa màs asustada de lo que estaba; En estos dos años desde que descubrimos el antiguo camino aislado de turistas y excursionistas, Justine, Simon y Caleb habìan saltado docenas de veces, sin irse nunca con nada mas que un simple rasguño.Màs importante aùn, sabìa que siempre me iba a  sentir como la menor de nuestro pequeño grupo de verano si nunca me lanzaba.
“La piscina esta tibia”, Justine continuò. “Y una vez que estas adentro, todo lo que tienes que hacer es patalear dos veces y estaras a unos pasos de tu còmoda silla de playa”
“Vendrà un lindo chico a traerme jugos de fruta a esta comoda silla de playa?”
Ella me mirò y sonriò. Las dos sabìamos que eso era todo. Si era lo suficientemente coherente como para hacer una broma, estaba lista.
“Perdòn pero olvide las piñas en casa” Dijo Caleb detrás de nosotras,”Pero los chicos guapos estan aquì y listos para su servicio”
Justine se volteò hacia èl. “Es sobre el tiempo.Me estoy congelando!”
Ella se alejò de la punta del acantilado, y yo la seguì. Cualquier alivio que sintiera ahora solo serìa temporal, y mi decepcion por no ser capaz de hacer lo que habìa prometido durante todo el año solo aumentarìa una vez que dejaramos Los acantilados de Chione. Esta noche, estarìa despierta, sin poder dormir por el dolor que sentìa por ser tan cobarde, tan niña, otravez.
“Tus labios se estan poniendo azules”dijo Caleb.
Me voltee para verlo tomar su toalla de playa favorita-la ùnica que siempre le habìa visto usar, con la caricatura de una langosta con lentes de sol y traje de baño- y envolver a Justine con ella. La acercò hacia èl y tratò de calentar los brazos y hombros de ella con las manos.
“Mentiroso” ella sonriò, envuelta en la toalla.
“Tienes razòn. Estan màs morados. O lila. Porque unos labios como esos son demasiado bonitos para ser de un aburrido color azul. De todas formas, deberìa calentarlos”
Puse mis ojos en blanco y busquè mis shorts y mi polera. Justine habìa hecho su propia promesa para este verano—no salir con Caleb otra vez, de la forma que ella lo habìa hecho el verano pasado, y el ante pasado.
“Èl es solo un niño”declarò. “Ya acabè el colegio, y a èl le queda todo un año por ir. Ademàs, todo lo que hace es tocar su vieja guitarra si es que no esta jugando video juegos. No puedo permitir perder otro segundo en algo que nunca va a ser algo màs que horas y horas de besarnos…no importa que tan buenas sean esas horas”.
Cuando le preguntè por què no salìa con Simon, quien irìa en su segundo año de bachillerato en el Colegio Bates, era mayor, y tenìa un intelecto apropiado, su cara se arrugò.
“Simon?” preguntò. “El canal del clima andante? El mateo que usa el colegio como excusa para estudiar la formacion de las nubes? No lo creo
Le tomò treinta minutos—lo sificiente para desenpacar el auto, comer algo y saltar al antiguo Subaru de Simon—para romper la promesa a si misma. Ella no habìa acudido a Caleb al instante, aunque era claro por su mirada que apenas lo viò querìa hacerlo.
Ella habìa esperado a que estuviesemos en el auto camino abajo para tirar sus brazos alrededor de su cuello y abrazarlo tan fuerte que su cara se tornò roja.
Mientras ella se apegaba a su mejilla, tomè mi ropa y cogì una toalla. Aunque habìa sol y nisiquiera me habìa mojado, tiritaba por el frìo que habìa. Las temperaturas al norte de Maine, en medio del verano, no aumentaban mucho y el viento siempre lo hacìa aùn màs frìo.
“Deberiamos irnos”Simon dijo derrepente, emergiendo de la entrada del camino.
Simon podìa haber sido el mayor, el màs tranquilo y estudioso de los hermanos Carmichael, caracteristicas acompañadas por un larguirucho cuerpo y una mala postura, pero algo habìa ocurrido el año pasado. Sus brazos, sus piernas y su pecho se habìna desarrollado, y con su pecho desnudo, podìa ver finas marcas en su abdomen (calugas). Incluso èl se veìa màs alto, màs fuerte.
Lucìa màs como un hombre que como un niño.
“La marea esta cambiando, y las nubes se estan moviendo”
Justine atrapò mi mirada. Sabìa lo que ella estaba pensando: Diferente canal, mismo pronostico.
“Pero si acabamos de llegar” dijo Caleb.
“Y que hay de la puesta de sol?” preguntò Justine. “Cada año decimos que vamos a verla aquì, y nunca lo hacemos”
Simòn cogiò una polera de su mochila,tirando la toalla sin importar donde cayera. “ habran muchos atardeceres. Hoidia va a estar todo oscuro por la gran tormenta que se aproxima”
Asentì junto a èl y mirè el horionte. Aunque en verdad habìa estadp muy concentrada en el agua como para  fijarme en el cielo o en la capa de nubes negras que habìa salido de la nada.
“Lo revisè antes de venir—La estacion meteorologica dijo que el cielo iba a estar despejado hasta la noche pero por como luce, no tenemos mas de veinte minutos para descender antes de que estalle la tormenta” Simon movio la cabeza “Desearìa que el profesor Beakman pudiera ver esto”
Antes que pudiera preguntar por què, Caleb y Justin empezaron a hablar en susurros y Simon se agachò para sentarse a mi lado. Yo estaba con las rodillas pegadas a mi pecho, tratando de calentarme. “Estas bien?” preguntò.
Asentì y tratè de sonreir. Con los años, Simon se habìa convertido en un protector hermano mayor no solo para Caleb, sino que tambien para Justine y yo. “ Con un poco de frìo y deseando que las suelas de mis zapatillas fueran mas gruesas, pero bien”
El sacò una frazada cafè de lana y de su mochila y me la entregò. “No es gran cosa, sabes? . Fue solo un dìa. Tenemos todo el verano. Y el siguiente, y el subsiguiente”
“Gracias” Corrì la mirada, avergonzada. Èl era sincero, pero no necesitaba ningun recordatorio de mi falla tan pronto.
“Enserio” , dijo, con su voz suave pero firme. “Cuando sea que estes lista, o no lo estes, esta bien”
Tirè la frazada, felìz por la distracciòn.
“Nuevo plan”, Anunciò Justine.
Tomè la mano de Simon y me levantè. Justine y Caleb se las habìa arreglado para separarse un poco pero solo lo suficiente para que Justine dejara las toallas en el suelo.
Ahora ellos estaban en el borde de la punta del acantilado, tomados de las manos y mirando hacia atrás.
Justine sonriò. “Solo porque tengamos poco tiempo no sifnifica que no podamos conmemorar en primer dìa oficial de lo que seguramente va a ser el mejor verano de todos”.
“Volviendo a la casa para calentarnos con chocolate caliente?”sugerì.
“Nessa torpe”. Justine me lanzò un beso. “Caleb y yo vamos a hacer un ultimo salto”.
“Con un giro”cagregò Caleb.
Mientras intercambiaban miradas yo mirè a Simon. Su boca estba abierta, como esperando a que su cerebro escogiera las palabras para dar el mejor golpe que nunca. La nueva musculatura de su espalda se tensò bajo su polera de algodòn. Sus manos, que me habìan ayudado a levantarme hace unos segundos, se apretaron.
“Volteados hacia atras!” Justine exclamò
“No” dijo Simon “De ninguna manera”
No podìa evitar sonreir. Eso era exactamente lo que mas amaba—y envidiaba—de Justine. Mientras yo aùn dormìa con la luz encedida, sin poder leer Stephen King, y era incapaz de poder hacer un perfecto y seguro clavado, Justine vivia por la adrenalina y el corazòn latiendo con fuerza, algo que yo trataba con todas mis fuerzas de evadir.
Aquí estabamos, a minutos de quedar empapados y rostizados, y ella querìa garantizar su electrocutaciòn saltando al mar.
“Tomara dos minutos”dijo Caleb. “Pueden bajar apenas nos lancemos y nos podemos encontrar en el camino”
“Tù sabes que las olas se comportan extrañas con un clima como este” Dijo Simon. “El agua esta mucho mas turbulenta de lo que estaba desde nuestro ultimo salto”
Justine mirò hacia abajo.”No puede ser tan malo. Estaremos bien”.
La mirè, mi hermosa hermana mayor, su pelo castaño lo suficientemente seco como para tener algunos rulos. No habìa nada que pudiera decir—una vez que Justine tomaba una decisión, no habìa manera de negociar. Cuando me sonriò, sus ojos brillaron en contraste con las nubes negras que parecìan tragarse lo que antes era el cielo.
Un irregular fragmento de neon-blanco alumbrò razgando el cielo,golpenando lo suficientemente fuerte como para provocar un estruendo. El viento se levantò, levantando las ramas y las hojas del suelo. Una larga rama volò hasta mi como una flecha desde un arco, y cubrì mi cabeza con ambas manos y me tirè al piso. La lluvià empezò a caer suavemente al principio, y luego fuertemente, hasta que la frazada de Simon bajò hasta mi espalda con el viento y el agua me llegò directamente en la cara. Resistì, esperando que acabara tan ràpido como habìa empezado, pero el aire solo se enfriò màs, el viento se hizo màs fuerte y los truenos mas ruidosos.
Las rocas temblaban debajo de mì, haciendome tiritar incluso màs fuerte que antes. Varios pies mas allà, Simon luchaba contra el viento, usando todo su peso para mantenerse en pie, mientras e movìa alrededor del acantilado, cogiendo las toallas y la ropa de Justine y Caleb. Lo llamè, pero mi voz se perdìa con el fuerte sonido de la lluvia y las rafagas de viento.
Moviendo mis pies pero quedandome cerca del suelo, tratè de moverme atravez de la oscuridad. Cuando otro relampago partiò el horizonte en dos, podìa ver todo, incluso el sol alumbrando en lo alto.
Ella no estaba.
Protegiendo mi cara con los brazos, avanze hasta la el borde del acantilado. Un tercer relàmpago se estrellò frente a mi, y me di cuenta de cuan cerca estaba de cumplir mi mision, de lanzarme por las rocas hacia el aire.
Tratè de detenerme, pero el suelo era resbaloso. Me caì de espaldas, y una pierna cayò hacia adelante. La linea plateada de mi zapatilla  brillò con la luz de otro relampago, y vi mis pies y mi cuerpo colgando por el precipicio.
Gritando, retrocedì con ambas manos y me agarrè del suelo.
Mil, Dos mil—
Un rayo rugiò, y el borde del acantilado temblò debajo mìo. Contando los segundos entre los luminosos relampagos, sin poder mantener la calma.
“Estan bien!”
Simon. Me tomò por la cintura con ambas manos, levantandome y alejandome del borde. Luego tomò mi mano y nos alejamos del acantilado. Durante muchos segundos, èl apretò mi mano y apuntò con la otra.
La luz vino màs ràpido ahora, haciendo que fuera màs fàcil ver el agua. El agua se movìa, con  pequeñas olas rodeando las rocas. Delgados arboles se tambalearon y luego con chasquido, sus troncos como delgadas pajitas en el viento. Movì la cabeza, al parecer Simon estaba imaginando cosas y—
Luego la divisè. Una delgada figura blanca avanzando en la oscuridad. El brazo de Caleb estaba alrededor de ella mientras que ellos caminaban apresuradamente por entre las rocas hasta el camino.
Ella estaba bien. Por supuesto que lo estaba
Simon me mirò, asegurandose de que los habìa visto, y luego me dejo atrás. De alguna forma, mis pies se las arreglaron para moverse, y caminè ràpidamente detrás de èl atravez del camino.
Pasamos sobre las ramas y raices, que nos dificultaban el camino, pero no disminuimos la velocidad. Mi corazòn golpeò contra mi pecho, y tratè de ingnorar el presentimiento de que, mientras corriamos atravez del bosque, algo o algo corrìa detrás de nosotros incluso màs ràpido.
Como un cuarto de milla màs abajo, nuestro camino se dividiò en dos, algo que no habìa notado cuando habìamos subido. Tampoco lo hubiera notado si Simon no hubiera girado hacia la izquierda.
Me detuve cuando vi la razòn de nuestro inesperado desvìo.
Justine. Ella estaba en los brazos de Caleb, y una delgada de sangre surgìa de un profundo corte en su rodilla, recorrìa su pierna y llegaba hasta su pie.
Solo es suciedad, o algas—
“Nessa”En el momento en que Simon la tomò de los brazos de Caleb, ella buscò mi mano y la besò. “Estoy bien, lo prometo. Pude haber hecho el camino por mi misma, pero alguien querìa jugar al heroe”
“Tengo algunas cosas en el auto”dijo Simon, empezando a recorrer en camino con Justine en sus brazos.
Mirè a Caleb. Su cara estaba tan tensa mientras los observaba irse que era dificil imaginarselo con una risa tierna y juguetona, con la que coqueteaba con Justine hace solo unos minutos atrás.
“Tu hermana” èl moviò la cabeza y me mirò.
“Lo se” ambos lo sabíamos. No había sido su culpa. O mia, o de nadie màs. Si Justine quería correr desnuda atravez de círculos de fuego, lo haría. Podrias estar cerca, esperando con un extintor de fuego y una bata, pero eso era lo único que podrías hacer.
Empezamos a caminar detrás de ellos. Mientras màs corriamos, mas suave caìa la lluvia. Los rayos ya no eran tan fuertes y los segundos entre ellos se alargaron. Incluso el viento paso de fuertes ráfagas a una suave brisa de verano.
Cuando alcanzamos el viejo Subaru verde de Simon estacionado a un lado del camino de tierra, las nubes se habían aclarado lo suficiente para poder ver fragmentos de cielo azul.
...