martes, 16 de noviembre de 2010

Siren, capitulo 1

Segunda parte


Ves?”Justine hablò , cuando corrimos hacia ellos. Ella se sentò en el borde de uno de los asientos del auto, balanceando ambas piernas una y otra vez mientras Simon trataba de vendar la pierna herida. “Solo es un rasguño”
“No es solo un raguño” dijo Simon, “Pero no va a necesitar que te llevemos a la sala de emergencias”
Caleb posò una mano en su cuello y le besò la frente. “Bebe…tienes que ser mas cuidadosa”
Ella abrió su boca pero luego la cerrò cuando la mano de Caleb se moviò a su mejilla. Mientras su pulgar la acariciaba gentilmente, ella inclinò su cabeza y su mirada se suavizo.
“Tù sabes. Me gusta tener un poco de aventura, pero si algún dìa algo llegara a salir mal—“
“Lo sé” Ella cogió la mano de Caleb que estaba en su mejilla y la besò. “Lo siento. Lo sè”
Observè el cambio. Una combinacion entre alivio y confusion. Estaba agradecida de que estuviese bien y pensaba que era tierno que Calb estuviese tan preocupado, pero antes de hoy, ellos no se habían visto desde nuestro ultimo viaje desde Navidad. Ciertamente se veìan bastante conectados emocionalmente, para dos personas que ocasionalmente salìan.
Lo que me hizo pensar que salir con chicos sin tener nada oficial necesariamente, era excepcionalmente bueno, o que las emocionantes experiencias cercanas a la muerte simplemente unían a la gente.
No conocía los efectos de ambas posibilidades.
“Necesitaras lavarte” Simon dijo, asegurando la venda de Justine. “Pero esto te servirá hasta que llegues a casa”
“Muchas gracias doctor Carmichael.” Justine cogiò la mano de Caleb y se levantò, parándose en un solo pie. “Me vas a regalar una paleta?”
Simon le lanzò una mirada, lo que provocò que Caleb la llevara adentro del auto y la sentara en el asiento trasero.
Ayudè a Simon a juntar la gaza y el botiquín medicinal. “Las cosas empezaron temprano este verano, he?”
Sus manos de congelaron, luego dejó abajo el kit de primeros auxilios y cerrò la maletita. Me mirò, sus ojos sobre los mios, como si hubiera algo que quiera decir pero sin saber si debería.
Al final, el alcanzò mi hombro y lo apretò con su mano. “Hay una vieja manta en el asiento delantero por si te quieres secar”
El cerrò la maleta y se subió en el asiento del conductor. Mirè una vez màs el cielo, que ahora estaba azul igual que cuando llegamos, luego rodee el otro lado del auto y me subì en el asiento del copiloto. Adentro, me quitè la frazada de lana mientras Simon se acomodaba en su asiento, y Caleb y Justine hacían quien sabìa què , tranquilamente en la parte de atrás del auto.
“Asi que…” dije, cuando nadie se movio ni hablò unos minutos màs tarde. “Què era eso?”
Simon me mirò, luego sacò el parabrisas, durante el camino. Riò una vez màs y dio un largo suspiro. “Eso era Los acantilados de Chione dándote la bienvenida”
Me movì, sabiendo lo que encontrarìa cuando mirara hacia el asiento trasero por sobre mi hombro.
Justine, recostada sobre el brazo de Caleb con su herida pierna apoyada sobre una manta de lana, estaba sonriendo de oreja a oreja.
“Que artimaña” , dijo ella alegremente.
“Que artimaña”
“Artimaña?” Justine sostuvo su plato mientras Papà venìa con una fuente de filete a la parrilla.
“Què significa eso?”
Papà dividiò dos pedazos de la carne con un cuchillo, luego buscò sobre la alforja enrejada, hacia el lago Kantaka. “Artimaña. Un acto de sospechoso engaño, usualmente buscando evadir la captura”
“Sè lo que esa palabra significa papà. Pero realmente crees que herì mi pierna escalando rocas en la playa porque querìa evitar que me secuetraran? Acaso los secuetradores se detienen al ver un poco de sangre? Y, quièn sería el secuestrador? Un salvadidas solitario? Un demente coleccionista de conchas? El escurridizo Yeti?”
Sonreì mientras tomaba mi taza de tè caliente. Solo había una persona que probablemente la raptaría si tuviera la oportunidad, y debido a ciertas observaciones, ella probablemente se iria por voluntad propia. No podía hacer esa broma en voz alta, aunque nuestros padres pensaban en Caleb y Simon como los “Tiernos chicos Carmichael” , ya que los conocían desde que eran bebes. Ellos sabían que pasábamos mucho tiempo juntos durante el verano pero definitivamente ellos no sabían lo que la mitad de nuestro grupo había estado haciendo la mayoría del tiempo, en los últimos años. Y Justine había dejado claro que querìa que siguiera asì.
“El escurridizo Yeti de invierno, he?” Papà dejo caer un pedazo de carne en el plato de Justine, y dejò la fuente sobre la parilla cerrada . “Es asì como me llaman ahora?”
Justine y yo nos miramos atravez de la mesa y nos reímos. Papà era seis coma cuetro pies de altura (1.95 metros. Casi dos) y usualmente andava levemente enconrvado—algo que èl atribuìa a lidiar con las puertad demasiado pequeñas , pero que en realidad tenía màs que ver con el resultado de llevar cuarenta años usando la computadora. Su mala postura combinada con su desordenado pelo blanco y una gran barba lo hacia parecerse a la legendaria criatura.
“Què pasò con Happy Papi ( se refiere a papi feliz pero suena mejor en ingles ) , Papá cool?” Se sentò y se sirvió otra copa de vino tinto. “Y cual era el màs reciente? Largo y algo mas…?
 “Gran Papà” Justine dijo, en un tono de burla, como si no pudiera creer que èl hubiera olvidado uno de sus sobrenombres de mascota para èl.
“Claro. No se si debería o no estar ofendido por ese sobrenombre” Él frotó su redonda panza. “Pero en realidad se me ocurrió otro en el camino hacia aca que pienso que deberíamos incluir en nuestra conversación diaria lo màs pronto posible”
“Lo tendremos en cuenta” Dijo Justine.
Papà tomò un pan de la canasta del centro de la mesa, sacò un  pedazo y se lo metió a la boca.
“Rey”
“Rey?”Justine preguntò. “Rey què?”
Èl se encongiò de hombros. “Sòlo eso. Rey”
“No esta mal…pero eso haría técnicamente a mamà Reina. Y no creo que ella este de acuerdo en ser la segunda al mando—incluso solo por un nombre” Justine mirò a mamà para que s elo confirmara.
Mamà, que había estado mirando su pedazo de carne con un cuchillo como si estuviese hecho de metal en vez de carne, se detuvo un momento.
“No puedo creer que aùn estén haciendo esto”
“Las chicas están creciendo” Papà adimitiò. “Pero siempre serè su Gran Papà. Hasta que la edad me alcanze y empiece a envejecer y a encogerme. Entonces sere…Pequeño gran papi? Papi mediano? Gran Papà?”
“Puedes ser el gran maestro del universe por siempre. Ese no es el punto”
Papà levantò sus cejas, considerando la sugerencia en vez del hecho de que Mamà no estaba divertida. No es como si el hecho estuviera fuera de lo normal, ya que Mamà raramente se divertía. De los dos ella siempre había sido la màs seria, disciplinada.  Ella era la presidenta de la Capital Franklin, un servicio de financias en Boston, y Papà era un escritor y un profesor de literatura Americana en el el colegio Comunidad de Newton. Las características requeridas para sus respectivas profesiónes usualmente se trasladaban a la vida en casa.
“Entonces cual es el punto, mi amor?” Apoyandose en la mesa, èl gentilmente moviò el cuchillo y el tenedor de sus manos y empezó a cortar la carne.
“Que tù tienes 18” Mamà mirò a Justine y frunció el ceño. “Que eres una adulta. Los errores que cometes ahora ,importan”
“Asi que pueda que tenga una pequeña cicatriz por el resto de mi vida”Dijo Justine. “Gran cosa”
“Tienes suerte de que haya sido solo un corte”
Justine me mirò, la sonrisa que llevaba desde que estuvimos en el auto de Simon desapareció. “Mamà, quedamos atrapados en una tormenta y nos resbalamos en algunas rocas. Los accidentes pasan”
“Lo hacen, Y si tuvieras ocho años y realmente hubiera ocurrido en la playa, besarìa tu rodilla y todo estaría bien”
“Wow!” exclamè, apuntando al lago. Los Beazleys finalmente se compraron una nueva canoa. Es tan…larga”
Terminando de cortar la carne de Mamà, Papà dejo el cuchillo y el tenedor en su plato y me mirò.
“ No vale la peña pequeña”
Justine moviò la cabeza. “Estoy confundida”
Tratè de atrapar la mirada de mamà para que pudiera rogarle silenciosamente que no dijiera lo que iba a decir, pero no había caso. Ella estaba en una misión—y a punto de meterme en serios problemas con la única persona que querìa seguir bien.
“No estuviste en la playa Justine. Estuviste en Los Acantilados de Chione”
Sostuve la respiración. Las palabras de Mamà fueron seguidas por un silencio.
“Eso es imposible”Justine dijo finalmente, tomando la servilleta de su regazo. “Nunca había escuchado de ese lugar”
“Enserio? , entonces, de que acantilado mortal estaba hablando tu hermana?”
Cerrè mis ojos y me recostè sobre la silla. No tenía que mirar a Justine para saber que ella me observaba, su expresión con una mescla de sorpresa, duda, y dolor.
“El último verano” Mamá continuó “ Tu estabas afuera y Vanessa estaba aquí, alterada. Le preguntè que andaba mal, y ella me contò como encontraron el acantilado, como iban cada año, y lo mal que se sentía ella por tener tanto miedo de saltar”
“Hablando de eso, quizás deberíamos ir a darnos una rápida sambullida en el lago después de la cena” dijo papà, tranquilamente.
“Què dices?”
“Dijimos que no lo diríamos” Justine me dijo, como si fueramos las únicas personas en la mesa. “Dijimos que era nuestro secreto. Eso era lo que lo hacìa tan especial”
La mirè. “Lo sè, yo—“
“No culpes a Vanessa” dijo Mamà.
Justine se echò en su silla, Papà le puso mantequilla a un pan, y mamà se tomò su copa de vino, y yo busquè las palabras en mi cerebro que podrían arreglar las cosas. Querìa decirle a Justine que no querìa decir nada, que solo estaba frustrada conmigo mism despues de nuestro viaje al acnatilado el verano pasado, y que eso me había hecho frustrarme conmigo misma por haber tenido miedo de todo lo demás todos los años anteriores.
Querìa decirle a Mamà que estaba justo en el lugar equivocado en el momento equivocado, y que ella había prometido que no diría nada, mietras que yo haría lo que pudiera para evitar que Justine volviera a saltar cuando volviésemos a ir denuevo—
Y que no lo había hecho porque nunca podría evitar que mi hermana hiciera algo que la hacìa tan feliz. Y querìa decirle que lo sentía, lo sentía tanto, pot todo esto.
Pero no podía. No podia decir nada. Quiza era porque tenia miedo de que todo saliera mal, pero las palabras no salieron de mi boca .
“Y cuáles son tus planes con el chico Carmichael?” Mamà preguntò.
Mis ojos rotaron desde Mamà a Justine. Definitivamente no le había dicho ni una palabra a nadie sobre Caleb.
La cara de Justin enrojeció. “Mis planes?”
“Saltando de acantilados y haciendo quien sabe què con un agradable chico que no sabe la diferencia entre un video juego y una laptop, estas arriesgando todo tu futuro. La escuela de Medicina, años de éxito y felicidad”
“No esta deliciosa la carne?” Papà preguntò. “No muy cruda, no muy crujiente”
“No creo qu algo de diversión vaya a arruinar mi vida” Justine empujò su silla, sus ojos azules reluciendo en la oscura noche. “Ademas, algunas cosas son màs importantes que una excepcionar educación y un trabajo muy bien pagado”
“Gran papà tiene una idea” Dijo Papà, lamiendo sus dedos” Què tal si acabamos esto por hoy y mañana continuamos, después de una buena noche de sueño?”
Justinne se levantò, su rodilla buena pateando la mesa y haciendo tambalear los platos y vasos de la mesa. Ella se acercò hacia mi cuando pasò a mi lado, y sus ojos se veìan incluso màs brillantes de lo normal, como si tuvieran una luz.
Se volteò para que mamà y papà no vieran su cara y dijo una palabra, lo suficientemente fuerte como para que yo la oyera.
“Buu”
Calidas lagrimas brotaron de mi ojos. Aturdida, la vi caminar por el piso y entrar a la casa, haciendo rebotar la puerta detrás de ella.
“Solo quiero que ella siga su rumbo” Mamà dijo, después de una pausa.
“Y yo solo quiero que alguien me ayude a pintar el pòrtico” dijo Papà
Los ignorè a ambos, y mirè hacia el lago.
Buu, no “Muchas gracias”, o “Realmente me hiciste esto a mi?” o incluso “Estas por u cuenta ahora”
Todo lo que probablemente me hubiera hecho estallar en lagrimas pero no me hubiera hecho sentir un cosquilleo por la piel como lo que provocò esa única palabra.
Y no había forma de saberlo en ese momento, pero esa serìa la última palabra que Justine me diría. En los días siguientes, recordarìa el momento una y otra vez en mi mente, viendo sus ojos azules y escuchando su suave voz, y , por alguna razón, oliendo a agua de mar…aunque ella aun estaba a mi lado en la punta del acantilado, su piel y su pelo estaban en el mar.
             
                                                          Fin del capi.

Espero que les haya gustado. Me demeore un poco por que yo traduci todo el capitulo, pero bueno, mañana les dejo el segundo, o al menos la mitad :)

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